La llegada de nuestro bebé milagro



Y finalmente llegó el 17/06/2015, con 39 semanas y 3 días, había llegado el día pautado para la llegada de nuestro bebé milagro #JoséGregorio.

Ese día nos levantamos tempranisimo, me despedí de mi mamá y de mi hijo #JesúsAlejandro, los abracé y nos fuimos a la Clínica Sanitas (Caracas - Venezuela). Mi mamá y mi papá esperarían con #JA en la casa hasta que yo saliera de recuperación (JA tenia 1 año y 11 meses, no tenia paciencia para esperar en la clínica), mientras mi suegra y mi cuñado nos acompañaron a la clínica.

Llegamos y me pasaron a la que sería nuestra habitación, empezaron a prepararme y a llenar la historia clínica, contamos las complicaciones pasadas en el embarazo y le entregamos los informes médicos del perinatólogo para que los revisara el neonatólogo antes de la cesárea. Al rato me buscaron para llevarnos a quirófano, #LocuraDePadre fue a ponerse el mono quirúrgico, esta vez mas que nunca lo necesitaba a mi lado. Mientras esperábamos para ingresar al quirófano el me abrazaba y yo lloraba, estaba muy emocionada pero por Dios que tenia el susto mas grande de mi vida. 

Entré a quirófano a las 9:15 am, le entregué mis lentes a #LocuraDePadre, saludé a María Del Pilar, quien de nuevo estuvo conmigo en todo momento.

Desde que empezaron las complicaciones tuvimos un plan de emergencia, como no sabíamos como se iban a desenvolver las cosas le pedí algunos favores: 
  1. Que Elvio estuviera a mi lado en todo momento.
  2. Que al momento de nacer nuestro bebé me permitiera ponerme mis lentes.

Antes de iniciar el procedimiento hablamos sobre mis lentes, así que si todo salía bien me permitiría ponérmelos.

Una vez empezado el procedimiento trataba de rezar, de oír cada cosa que decía mi doctora y su ayudante, estaba tan dispersa que no logré rezar ni un padre nuestro completo, mi anestesista estaba muy pendiente de mi porque me notaba un poco alterada pero tenia la tranquilidad de tener a Elvio a mi lado pendiente de todo lo que yo no podía ver. Sentir su mano agarrando la mía me traía paz en medio del huracán de emociones que sentía. En eso María del Pilar le dijo: "Ponle los lentes a la gorda y prepara la cámara, llego el momento".

Nuevamente sentí un movimiento fuerte, unas lágrimas cayendo en mi cara y el sonido mas maravilloso del mundo:

¡El mega grito de José Gregorio!
Y reventé a llorar como nunca en mi vida lo había hecho.

Escucho a mi esposo decirme "Gorda es otro Jesús" y luego a mi doctora "Mi niña todo va a estar bien, es un muchachote hermoso". Elvio se fue junto a JG mientras lo revisaban, Oírlo me dio paz, oír a los médicos me dio mucha tranquilidad. Me trajeron a José Gregorio envuelto en una mantica azul y me permitieron besarlo como 10 veces, pregunté por los deditos de sus manos y de sus pies, se lo dieron a mi esposo para que lo cargara y yo no sabia como agradecerle a Dios permitirnos vivir ese momento (¡Y de tener mis lentes!), ambos llorabamos de alegría, de amor y de agradecimiento, me dijo que me mantuviera tranquila en recuperación y el se fue al reten con nuestro hijo.

María del Pilar terminó de hacerme el procedimiento y me dijo que se iba a ver como estaba el bebé y que apenas tuviera noticias me las hacia saber. Las enfermeras muy amablemente conversaban conmigo mientras terminaron de limpiarme (tenia mucho liquido amniótico, así que la cesárea fue un desastre acuático) y me llevaron a recuperación donde me esperaba una enfermera un poco mayor que hizo que mi espera se sintiera mas corta de lo que fue gracias a sus atenciones.

Como a la media hora de estar en recuperación llegó mi doctora, había visto y cargado a JG, habló con el neonatólogo, mi bebé había hecho pipí, tenia todas sus partes físicas donde las debía tener (Con la alarma que hubo en los primeros resultados de la amnio quería estar segura de esto) y había respondido bien a todos los estímulos. Me dijo que a pesar el cordón umbilical con una sola arteria José Gregorio había pesado 3.550 gramos y medido 51 centímetros, solo quedaba monitorear si el bebé orinaba bien y disfrutarlo por completo. También me dijo que en unos minutos me llevarían a la habitación.

Estuve en total 45 minutos en recuperación, cuando llegué a la habitación mi esposo me abrazaba y me besaba, me contaba lo mismo que me dijo mi doctora en recuperación, y hacia mucho énfasis en que habíamos clonado a Jesús Alejandro.

A los 10 minutos me trajeron a mi bebé milagro. Tenerlo en mis brazos me hizo comprender que los designios de Dios son perfectos aunque obre de manera misteriosa, que la fe, la paciencia y el amor todo lo puede, que Él es quien tiene la última palabra. Abrace con fuerza a mi bebito y lo besé (y sigo besandolo) miles de veces. Le di infinitas gracias a #LocuraDePadre (que nos tenia abrazados desde que me puso a nuestro hijo en brazos) por tanto amor y por creer. Me ayudó a colocarme a JG en el pecho para amamantarlo por primera vez y allí termine de entender, José Gregorio ya estaba con nosotros, y había venido para quedarse. 

Cuando mis padres llegaron a la clínica con Jesús Alejandro, y tuve a mis 2 maravillosos hijos, y a mi esposo a mi lado sentí, por primera vez sentí que mi vida estaba completa y que este después de tanta tormenta al fin había llegado la calma. 



En estos 3 pares de ojos azules puedo ver lo que siempre busqué: La felicidad.







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